martes, 8 de abril de 2014

De la moralidad de Hollywood

Escribo a continuación un texto traducido de la página del bloguero Andrew Rilstone, titulado De la moralidad de Hollywood.



Las películas de Hollywood usan a veces armazones morales aparentes:  los personajes expresan sentimientos que deben resultar edificantes, o espirituales o inspiradores.  Valores morales populares como “sigue a tu corazón”;  “sé fiel a ti mismo”;  “puedes hacer cualquier cosa si te lo propones”, o “incluso una persona pequeña puede cambiar el futuro”.  Esto dificulta a las películas el tratar con libros arraigados en filosofías específicas, concretas.  Los buenos libros en su mayoría dicen algo;  las películas, casi por definición, no pueden.

Decir que esas “moralejas” no significan nada es tentador.  Desde luego es complicado ver qué podrías hacer con ellas, caso de querer usarlas.  (“Sigue a tu corazón” ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Adónde? ¿Qué quieres decir con mi corazón exactamente?).  Parecen expresar puntos de vista, pero no son más que ruido ininteligible.  Parece que digan algo pero en realidad son parte de una ilusión dramática que la película está creando.  Un personaje tiene que parecer motivado;   pero si su motivación proviene de una creencia en una religión determinada, ideología o ideal, se enajenará sin duda a aquella parte de su audiencia que no esté de acuerdo con él.  Es mucho más fácil por tanto que su motivación sea más amplia, hasta el punto de que no signifique nada – tener un héroe que, con toda fuerza y vehemencia, crea en algo mal definido.  Este acercamiento se consumó en la trilogía original de La guerra de las galaxias, en la cual el principal factor motivante era la Fuerza, que representaba... eh... lo que sea que tú quieras.

Una de las características que redimen grandemente a los libros de Harry Potter es que Rowling evita los temas morales grandes y sin sentido, y en su lugar dibuja lo que podrían llamarse “micro valores morales” cuando surgen naturalmente de la historia.   Cuando Harry intenta solucionar un problema en el torneo de los Tres Magos, Moody le recomienda que se pregunte a sí mismo en qué es realmente bueno, para luego aplicarlo al reto en cuestión.  Así, mientras los otros contendientes emplean hechizos difíciles, Harry emplea sin más su habilidad para jugar al Quidditch.   Esta es una moraleja cien veces más valiosa que cualquier “puedes hacer cualquier cosa si lo intentas” de doble lenguaje que se haya publicado.

En realidad la no-ética de Hollywood es alta y ofensivamente política.  El mensaje básico es de autoconfianza:  “Si crees en ti mismo puedes conseguir lo  que quieras felicidad, amor, riqueza, la caída del Imperio Británico en la India.  Puedes creerte un cobarde, un desalmado, un tonto, un personaje secundario en un culebrón;  puedes tener cualquier desventaja en la vida – puedes tener los pies peludos o ser interpretado por Tom Hanks o ser muy estúpido o tener cáncer de pulmón, pero tú ya tienes dentro de ti todo lo que te hace falta para superar tus limitaciones – que en cualquier caso son autoinfligidas.   Puedes hacer lo que tú quieras si lo intentas”.  Este es un mensajes profundamente tranquilizador para los triunfadores que hacen películas.  Lo que dice en realidad es “Somos ricos y famosos porque nos lo merecemos”.  Es un mensaje muy deprimente para la gente que les hace el café.  “El hecho de que yo esté atascado en un trabajo sin salidas no puede de ninguna manera achacarse al capitalismo global o al sistema económico;   estoy atascado en un trabajo sin salidas porque no creo lo bastante en mí mismo para salir de él”.  Es algo que se puede comparar con aquellas novelas infantiles del siglo diecinueve, en las que la pequeña niña discapacitada de pronto encontraba un jardín secreto y podía liberarse de sus muletas, dando a los niños en silla de ruedas el mensaje inconfundible de “Si estás confinado a una silla de ruedas es por tu maldita culpa”.

Resulta muy triste ver a Jackson meter a Tolkien con calzador en esta amoralidad.  Espero la amenazada Narnia con trepidación considerable.


El texto original puede leerse aquí, como parte de uno más extenso que comenta El Señor de los Anillos: Las dos torres:  http://www.rilstone.talktalk.net/ttt-appendix.htm#appendix_c


No hay comentarios:

Publicar un comentario