Último sábado de septiembre. Charla en Segovia entre el economista Guillermo de la Dehesa y el filósofo Fernando Savater. Apunto:
Dehesa, con su barba carolina, tiene aire de bibliotecario
escurialense, de sabio digno, impresión que él afirma con una medida de
conocimiento y una medida de ausencia reflexiva también. Me pregunto si,
cuando escapa mentalmente, lo hace para situarse en la biblioteca del
Monasterio, a fin de consultar viejos volúmenes con gusto y cuidado, y
ofrecer consejo a un repentino rey Prudente, cuyos modos principales él resiste acaso con paciencia refractaria. En cuanto a Savater, este
recorta la figura de un Falstaff inofensivo. La imagen aparece en el momento en que,
divertido, el filósofo se echa atrás en el sillón, levanta con un
movimiento de cabeza la mirada al cielo, se lleva la mano a la barbilla
para mesarse la barba y, sonriendo, deja sin reír la excelente risotada
que entonces se le espera.
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