jueves, 13 de noviembre de 2014

Tropic Thunder


Me gusta pensar que los mejores guiones se escriben en soledad, con una máquina antigua, una botella de whisky al lado e incontables cigarrillos. La historia de Tropic Thunder, en cambio, me sugiere el rincón amable de un bar, compañía, muchas risas y cerveza.

Tropic Thunder es una tontuna que me hace sonreír a veces, porque tiene el regusto sabroso de la cerveza barata, y la fuerza chusca de una broma etílica que es graciosa, en parte, porque alguien insiste en que ese chascarrillo puede ser una película. Ben Stiller, Robert Downey Jr. y Jack Black (y quizás también Matthew McConaughey; ya no sé Tom Cruise) han estado en el bar divirtiéndose, como tenían dinero han rodado su ocurrencia y les ha salido un disparate, claro, que sólo se sostiene por el talento cómico de sus actores.

Eso sí. El mérito de pintar de oscuro a Robert Downey Jr. y de hacerle hablar como un negro americano es grande. Sobre todo si tenemos en cuenta lo sensibles que son para estas cosas, en Estados Unidos. Pero ya se encarga él de descalificar a su personaje, para que nadie se moleste: que recursos le sobran. Es por ellos, precisamente, que llego hasta el final de esta larga burla del Hollywood más subido y monetario, y del cine más conocido de la guerra de Vietnam. La cinta queda así como un testimonio de la amistad y del gusto por el alcohol de sus actores, y de la inefable capacidad de Hollywood para sorprendernos, aunque sea apoyando películas como esta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario