sábado, 22 de noviembre de 2014
El unicornio
Recupero de la estantería El unicornio. El surrealismo indolente de Louis Malle me irrita a veces y a veces me atrae.
En la película Lily huye de un mundo en el que hombres y mujeres están en guerra. Se refugia en un universo extraño, que enfrenta con ánimo contemplativo e ira ocasional.
La guerra apenas se ve. Sin embargo el conflicto es más que una excusa para que Lily huya y encuentre su escondite. La película se fija en el género de su protagonista, lo reconoce, ya sea abiertamente o no, y Lily siempre se comporta como mujer, aunque los usos cambien. Malle incide en su diferencia.
Hasta hace poco hubiera dicho, ¡qué convencional es esta película, en el fondo! Lo femenino, ¿acaso no dificulta la vida de la mujer? ¿No niega su semejanza con el hombre? La película imagina con libertad, ¿por qué no cambia también eso? En el entretanto, he leído a Julián Marías:
« Cuando no se ve a la mujer como tal mujer, no es que se la vea como "persona", como persona indiferenciada, es que no se la ve personalmente, sino despersonalizada y en abstracto. A veces se cree que prescindir de la condición femenina, al tratar con una mujer, es atender a su dimensión personal; justo al contrario: cuando se olvida que es una mujer se está perdiendo de vista su condición personal, se la está despersonalizando ».
La condición sexuada de Lily es necesaria, sólo así puede ser personal su experiencia. Ella sigue siendo mujer, aunque las cosas a su alrededor sean extrañas. La guerra del inicio puede muy bien simbolizar el esfuerzo de algunas mujeres por dejar de ser femeninas. Quizás, pienso ahora, fuera eso de lo que Lily huía en un principio.
lunes, 17 de noviembre de 2014
jueves, 13 de noviembre de 2014
Tropic Thunder
Me
gusta pensar que los mejores guiones se escriben en soledad, con una máquina
antigua, una botella de whisky al lado e incontables cigarrillos. La historia
de Tropic Thunder, en cambio, me sugiere el rincón amable de un bar, compañía,
muchas risas y cerveza.
Tropic
Thunder es una tontuna que me hace sonreír a veces, porque tiene el regusto
sabroso de la cerveza barata, y la fuerza chusca de una broma etílica que es
graciosa, en parte, porque alguien insiste en que ese chascarrillo puede ser
una película. Ben Stiller, Robert Downey Jr. y Jack Black (y quizás también Matthew McConaughey; ya no sé Tom Cruise) han estado en el bar
divirtiéndose, como tenían dinero han rodado su ocurrencia y les ha salido un
disparate, claro, que sólo se sostiene por el talento cómico de sus actores.
Eso
sí. El mérito de pintar de oscuro a Robert Downey Jr. y de hacerle hablar como un negro americano es grande. Sobre todo si tenemos en cuenta lo
sensibles que son para estas cosas, en Estados Unidos. Pero ya se encarga él de
descalificar a su personaje, para que nadie se moleste: que recursos le
sobran. Es por ellos, precisamente, que llego hasta el final de esta larga
burla del Hollywood más subido y monetario, y del cine más conocido de la
guerra de Vietnam. La cinta queda así como un testimonio de la amistad y del gusto por el alcohol de sus actores, y de la inefable capacidad de Hollywood para sorprendernos, aunque sea apoyando películas como esta.
Helado de postre
Gracias a la gente de https://mitesimentides.wordpress.com/ y http://dolcacatalunya.com/ por oponerse al nacionalismo catalán con humor y buenas razones.
sábado, 1 de noviembre de 2014
Suscribirse a:
Entradas (Atom)